Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

28 de julio de 2016

YO NO ME TENGO QUE ADAPTAR A LOS TIEMPOS, SON LOS TIEMPOS LOS QUE SE TIENEN QUE ADAPTAR A MÍ




Hijos Míos, Soy Jesús de Nazaret quien os habla, éste a quien muchos de vosotros  amáis.

Quiero deciros que debéis considerar que tal como están las cosas en el mundo entero incluida en Mi Iglesia, debéis salvaguardar muy bien vuestra fe y no solo protegerla de peligros, sino que debéis fomentarla con la oración, lecturas espirituales y penitencias. Hijos, Yo os dije en Mi Evangelio que aquel que perseverare hasta el final ese se salvará (Mt 24,13), no lo olvidéis. Porque tal como están las cosas y la confusión que hay en todo, tal y como trasgreden Mi doctrina, es fácil caer en lo que la mayoría cae, y esto va también para los sacerdotes, porque debéis más que nunca cuidar y ser fieles a Mi doctrina o terminareis cediendo, sin daros ni cuenta, a los errores que ya están muchos extendidos.

No dejéis de cumplir ni un sólo ápice de todo lo que Yo dije, y allí donde está el error entre los católicos, incluso sacerdotes, debéis de prevenirlo y advertirlo, porque son muchos, muchos los que van a caer en la apostasía, y por eso debéis prevenir ya este peligro inminente que os acecha. Yo, Jesús, os hablo.

Mis enseñanzas siguen y seguirán vigentes hasta el fin del mundo, Yo no Me tengo que adaptar a los tiempos, son los tiempos los que se tienen que adaptar a Mí y seguirme hasta el final de sus días. Y si todo el mundo hace esto y lo otro, y lo que hacen no va con Mi doctrina y los Mandamientos de Dios, esos no son de Mi rebaño, ni Me aman, ni Me siguen, porque no son fieles a Mis enseñanzas. Hijos, os exijo una fidelidad radical y total, y os diga quien os diga, sea un obispo o sea vuestro director espiritual algo contrario a lo que Yo he dicho, hijos, cortad por lo sano porque lo que Yo no he dicho no lo admito y no os salvará si lo ponéis en práctica.

Madres que abortáis a vuestros hijos, no sabéis bien el pecado tan grande que eso es. Matar a un ser que tiene un destino y una misión en el mundo, con un alma inmortal, es algo monstruoso, y algún día el alma de vuestros hijos abortados la encontrareis en la otra vida. Priváis a esa alma de todo, del bautizo, de los sacramentos y de hacer Mi voluntad en su existencia. No solo matáis a un inocente, sino que matáis Mi voluntad en ellos. Yo, Jesús, os hablo y os advierto. Tiempo es ahora de arrepentirse y de reparar, pero apresuraos, no sea tarde cuando os decidáis a pedirme perdón y a enmendaros. Yo, Jesús, os hablo.








24 de julio de 2016

SOY LENTO A LA CÓLERA Y ESPERO PACIENTEMENTE QUE EL PECADOR VUELVA A MÍ



Hijos de Dios, en vuestra sociedad quien hace un delito lo paga. Yo, Jesús, os hablo.

Sí hijos sí, quien hace el mal y se le descubre, se le denuncia y se le sanciona bien con cárcel o con multas, pero Yo hijos, veo cada día el mal que Me hacéis atacándome, odiándome, injuriándome, y no solo no os castigo sino que espero pacientemente vuestro arrepentimiento, para que cuando tenga que haceros justicia ésta sea lo más leve posible. Yo, Jesús, os hablo.

Como dicen las Escrituras Soy lento a la cólera (Salmo 144, 8) y espero siempre pacientemente que el pecador se arrepienta y vuelva a Mí. Pero cuando esto no sucede, con mucho dolor por Mi parte, con acusado sufrimiento por parte de Mi Santa Madre y de todos Mis bienaventurados, no Me queda más remedio que castigar al pecador o en esta vida o en la otra, y mejor para él seria que lo castigase en esta vida, porque el castigo de la otra es inmenso comparado con lo que pueda sufrir en esta.

Hijos, os habéis acostumbrado de tal forma a hacer el mal, a daros gusto en todo egoístamente pese a quien pese, que ya no sabéis distinguir entre lo que es un mal de un bien. Porque para vosotros un bien es un mal para otros, y buscáis vuestra satisfacción sin tener en cuenta el daño que podáis hacer a otras personas o a Dios. Yo como Dios lo veo y lo sé todo, desde los más recónditos pensamientos. Todo lo sé, todo lo veo y también sé el grado de malicia que hay en vuestros actos, y lo mismo veo las buenas intenciones de otros muchos actos. Pero hijos, vosotros debéis pedir luz a Mi Santo Espíritu para que Él os guie y os marque las pautas a seguir, que si tenéis verdadero deseo de enmendaros no se os negará esa gracia. Yo, Jesús, os hablo.

Ayudaos unos a otros con oraciones y penitencias. Las penitencias las tenéis muy abandonadas. No se trata de poneros un cilicio o de andar descalzo por un camino escabroso, se trata de aceptar y ofrecer en cada momento las malas rachas que os vienen sean de la índole que sean, económicas, familiares o de salud. Todo aprovecha al alma que de verdad quiere enmendarse y cambiar de vida, pero aquel o aquella que no se plantea ni siquiera su salvación eterna, esas personas están en peligro de condenarse eternamente si no hay quienes recen y se sacrifiquen por ellas o no se enmiendan. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.








20 de julio de 2016

ACOSTUMBRAOS A DAR LIMOSNAS Y A SER GENEROSOSOS CON EL PRÓJIMO



Muchos  cristianos practicantes creen que ya tienen el Cielo ganado, pero si ellos vieran sus almas darían un grito de terror. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, nadie os ama como Yo y por eso os tengo que hablar claro, o de lo contrario no os ayudaría para nada estos mensajes. Hay quienes tienen pecados adosados en sus almas desde hace años y esos pecados no confesados, debéis de arrancarlos de vuestras almas, porque si no todo lo que confeséis o comulguéis no os valdrá. No es lo mismo quien por falta de memoria ha olvidado muchas cosas, pero que aunque intente recordarlas no las recuerda, de ahí, lo mucho que tenéis que reparar vuestros propios pecados, porque aunque no los recordéis, están adosados en vuestras almas.

Muchas veces os lo he dicho a través de este medio y de otros, hay que arrancar la cizaña de vuestras almas, ese veneno letal que os puede llevar a una condenación eterna, o a un purgatorio de siglos. Yo, Jesús, os hablo.

Debéis hacer una confesión general con un buen examen de conciencia. Debéis apuntar en un papelito aquellas cosas que podéis olvidar o se os pueden pasar a la hora de confesaros. Debéis empezar por confesar los pecados más vergonzosos y más aberrantes, el confesor está acostumbrado a oír muchas cosas aberrantes, por tanto, no os de vergüenza, y si no la tuvisteis para hacerlos, mucho menos la tenéis que tener para confesarlos y erradicarlos de vuestras almas.

Pedid ayuda principalmente a Mi Santo Espíritu para que os recuerde lo que debéis confesar, y para que el confesor también os sepa aconsejar. Sed sencillos como niños a la hora de confesar y no os guardéis absolutamente nada. Esto es muy bueno para el alma, porque arrancado todo el veneno que anida en ella desde hace años, se queda ya en un estado de purificación para que Mi Santo Espíritu os guie y os inspire. Yo, Jesús, os hablo.

Después hijos, acostumbraos a dar limosnas y a ser generosos con el prójimo. La limosna repara muchos pecados, y es bueno que la practiquéis a menudo. No seáis avaros con los necesitados, que para vosotros sí tenéis recursos, pero cuantos inconvenientes ponéis a la hora de ayudar a los necesitados. Hay muchas familias que están pasando muchas penurias económicas, no pueden pagar la luz, no tienen para medicinas, hijos, sed personas auténticamente cristianas y ayudad en la medida que podáis, sin excederse ni quedarse escueto. Yo, Jesús, os hablo y os bendeciré con creces si todo esto que os digo  lo ponéis en práctica.